El funcionamiento del autoconsumo remoto es sencillo pero eficaz. Este sistema se lleva a cabo mediante la inyección de la energía generada por los paneles solares a la red eléctrica. A través de un sistema de compensación, los usuarios pueden “consumir” su energía en el lugar que deseen, aunque esté a más de 2 km de distancia de la instalación, sin coste adicional. Este tipo de autoconsumo remoto permite acceder a energía solar incluso en lugares donde no sería posible instalar paneles solares.
Además, este sistema tiene la capacidad de generar excedentes de energía. Si la instalación genera más energía de la que se consume en ese momento, esos excedentes no se desperdician. Los excedentes pueden ser vendidos a la red eléctrica, generando ingresos para los usuarios. Este sistema de gestión de excedentes permite a los usuarios aprovechar al máximo la energía que generan, reduciendo su dependencia de la red eléctrica y, en muchos casos, ahorrando significativamente en sus facturas de electricidad. Esta flexibilidad mejora aún más la rentabilidad de la inversión, asegurando que ningún kilovatio generado se desperdicie.